“Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá también a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen al suelo, se están escupiendo a sí mismos. Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra”
Carta del jefe indio Seattle, 1854.

1)  Capitalismo  y ecología.
El siglo XXI llega muy cansado y con dos problemas globales a cuestas: las crisis recurrentes del capitalismo y la crisis ecológica, ambos íntimamente relacionados. En este contexto, cualquier reflexión humana, por modesta que sea, exige tomar en cuenta este problema, porque en términos directos ya estamos hablando de una posible extensión humana. Es más, hay quienes ya dan por consumada esta apocalíptica posibilidad, como el biólogo Francisco Lozano, quien hace en el  año 2013 publicó un libro titulado “Por qué nos extinguiremos?”, donde la causa principal, según el autor, es la  ilimitada estupidez humana  de hacer lo mismo de lo peor. 
 
La crisis ecológica no tiene  causas naturales sino económicas, es decir, la raíz del problema está en el corazón del funcionamiento de la economía  capitalista, que en su afán de acumulación y  de ganancia, arrasa con todo lo que encuentra a su paso, sin asumir la más mínima responsabilidad sobre sus efectos en el medio ambiente. Desde la revolución industrial que dio origen al capitalismo hasta la novísima  revolución de las Tecnologías de Información  y Comunicación (Tics), el problema se viene agravando. Pues,  el aumento de los gases de  efecto invernadero, el agotamiento de los recursos, la acumulación de residuos sólidos, la expansión demográfica, alimentados por la irracionalidad de las economías de mercado han generado la crisis ecológica. Del mismo modo que el veneno no puede ser la cura, tampoco el capitalismo en su forma neoliberal puede ser  la solución de estos problemas, necesitamos pensar en un nuevo paradigma.
 
2)  Limitaciones de la teoría económica neoclásica.
La teoría económica neoclásica, fundamento del neoliberalismo, asume la economía como un sistema cerrado, ignorando así la interdependencia entre la economía y la ecología, donde la naturaleza es la base material que hace posible cualquier modelo económico. La naturaleza, para los neoclásicos,  no es más que un factor productivo, y es por ello que plantean la tesis del crecimiento ilimitado, que no solo es imposible sino que  indeseable. Privilegian conceptos de eficiencia en términos de lucro, y no en términos de sostenibilidad, además tienen una excesiva confianza en los  mecanismos, ya fracasado, del libre mercado. Como teoría económica, no sirve para comprender ni resolver los problemas relacionados a la crisis ecológica. Enfocar el problema ecológico desde la perspectiva económica exige, como mínimo, superar  los dogmas de la teoría  económica convencional.
3)  El neoliberalismo tiene un  modelo de crecimiento insostenible
El neoliberalismo, al menos en américa latina,  solo es un modelo de crecimiento más no de desarrollo,  y es por eso que no puede resolver los graves problemas de nuestros países.
El planeta  y los recursos que hay en ella, son limitados, finitos, lo que hace imposible un crecimiento ilimitado. Un crecimiento que tiene altos costos medioambientales y va acompañado de la profundización de las desigualdades en la distribución, no es defendible ni sostenible.
4)  Medidas para el tránsito a una  sociedad post-neoliberal.  
Sin ecología no hay desarrollo, y ser consciente de ello implica adoptar ciertas medidas en un proceso de superación de la economía neoliberal. Esto lo reconoce hasta la AGENDA 21 cuando señala que: “La causa principal de la degradación  continua del medio ambiente mundial es un esquema de consumo y producción no viable, en particular en los países industrializados, que es extremadamente preocupante en la medida en que agrava la pobreza y los desequilibrios”. Todo esto nos obliga a plantear un  nuevo concepto de eficiencia, que es producir lo socialmente necesario sin destruir o impactar lo menor posible la base del desarrollo: la ecología.
Cualquier solución pasa por medidas globales, nacionales y locales, integradas, con decisión política y capacidad técnica como las siguientes:
a)  Formular una nueva alternativa de desarrollo, orientada a superar de raíz las causas económicas, sociales y políticas del manejo irracional de los recursos, que en síntesis exige superar el modelo económico neoliberal.
b)  Discutir, al menos  en los países ricos, la necesidad de poner  límites al crecimiento, lo que exige fuertes medidas de distribución de la riqueza a nivel global.
c)   La necesidad de fuertes regulaciones medioambientales.
d)  La urgencia de políticas de planificación demográfica, pues la capacidad de carga del planeta también tiene límites.
e)  La sustitución acelerada de fuentes de energía renovables de carácter auto reproductivo.
f)    Políticas de control de los residuos sólidos.
g)  Medidas tributarias específicas.
 
Bibliografía:
1)    Common , Michael. Economía ecológica. Editorial Reverté. 2008
2)    Shuldt, Jürgen. Desarrollo a escala humana y de la naturaleza. Universidad del pacifico. 2012.
Cesar  Holguín 
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