Por: Pilar Marín Bravo
En los tiempos actuales que vivimos, de grandes transformaciones, pero también de presiones y competencias cotidianas en diferentes escenarios, los individuos, las familias y la comunidad se ven expuestos a una serie de situaciones que de alguna manera impactan también en su salud mental. Sin duda, la salud mental dejó de ser un problema ajeno cuando las cifras oficiales dan cuenta de que la depresión, la ansiedad y el estrés crónico son más comunes en la población peruana que lo que creemos.
Es ahí cuando es necesario tomar conciencia de la necesidad de afianzar un enfoque de atención de salud mental más preventiva, inclusiva y sostenible, desterrando los estigmas de discriminación y exclusión que aún se mantienen en torno a este tema.
Entonces, asegurar políticas de salud mental preventivas e inclusivas para el país es tan importante como priorizar la salud física de la población, pues de la atención de ambas depende el bienestar completo de nuestra sociedad.
Según la Organización Mundial de la Salud, una de cada cuatro personas del planeta padecerá un trastorno mental a lo largo de su vida. La realidad de estas cifras nos habla de un tema que debería considerarse parte importante de las prioridades de atención de salud en las políticas públicas. En el Perú, en el 2016 unas 917,091 personas fueron atendidas por trastornos de salud mental en algún establecimiento del Ministerio de Salud. Sin embargo, aún existe un 55% de la población con problemas de salud mental que no recibe atención.
Esta realidad es preocupante si se considera que muchos de los casos podrían recibir un nivel de atención primaria, en forma ambulatoria, con la cual podrían salir adelante y asumir su vida cotidiana en mejores condiciones y calidad de vida saludable. Admitir que la salud mental requiere igual atención que una dolencia física continúa siendo una barrera para buscar atención o tratamiento.
Se calcula que en el Perú alrededor de un millón 700 mil personas enfrentan cada año algún cuadro depresivo, según cifras del Instituto de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi. Si tomamos en cuenta que 2 de cada 10 peruanos no reciben la atención en salud mental que requieren, entonces es necesario apuntar hacia estrategias más dinámicas que sensibilicen a la comunidad.
El Perú cuenta con 30 centros de atención de salud mental comunitaria. Se trata de fortalecer este enfoque de atención propiciando un entorno más amigable, familiar y afectivo para la persona que requiera atención en salud mental. El efecto multiplicador de este modelo de atención podría ayudar a atender preventivamente los males comunes que impiden el bienestar pleno de la sociedad.
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Source: El Sol
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