Exactamente hace un año, el entonces ministro de Energía y Minas, Gonzalo Tamayo a nombre del Jefe de Estado, Pedro Pablo Kuczynski se comprometió en esta ciudad para llevar el gas natural a la región Cusco en un plazo no mayor a dos años. Inclusive para ello, presentó un proyecto encargado a Proinversión para implementar un esquema de transporte de gas por camiones, conocido con el nombre de ‘ductos virtuales’. Él lo adjetivó como Plan B.

Y, esa vez con todo el respeto que se merecía el representante del presidente Pedro Pablo Kuczynski, los cusqueños le dijimos que no le creíamos ni un ápice. Y lo dijimos frontalmente y ahora lo ratificamos pues a la fecha, no hay nada de nada en este caso del Plan B.

Ese cuento del gas virtual no es nuevo, sino recordemos varias historias hasta ahora convertidas en simples anuncios. En noviembre de 2011, el Gobierno de entonces encabezada por Ollanta Humala se aventuró a comunicar un supuesto transporte del hidrocarburo comprimido a través de camiones desde Lima.

Esta modalidad llamada “gasoductos virtuales” supuestamente era un plan piloto para un proyecto de Gas Natural Vehicular (GNV) destinado a abastecer un sistema de transporte masivo o público similar al Metropolitano de Lima.

Inclusive, el entonces presidente del Consejo de Ministros, Salomón Lerner, se aventuró a decir que ese mes de 2011 debía llegarse a un acuerdo con la empresa Repsol para transportar el gas de Camisea al sur del país a través de gasoductos virtuales.

Por eso el anuncio de ayer a cargo del ahora titular de Energía y Minas, Gonzalo Tamayo debe tomarse con pinzas. Según él, este proyecto tendrá una inversión aproximada de 350 millones de dólares y abarcará la construcción, operación y mantenimiento de sistemas de distribución de gas natural por una red de ductos que llevará este combustible en camiones a Cusco y otras ciudades del sur del país. De esta manera, presuntamente a través de este sistema de ductos se priorizará el consumo doméstico y vehicular, así como a las pequeñas y medianas empresas. “La decisión del Gobierno de llevar gas natural al sur del país, especialmente al Cusco, no se detendrá”, subrayó el ministro Tamayo.

Disculpen ustedes amables lectores, no le creemos. Y lo decimos públicamente pues la población común y corriente continua incrédula al ver que el gas sigue exportándose sin que la mayoría de peruanos, tengamos ese privilegio de tener gas en nuestros domicilios. Recordemos que la propia actual gestión regional encabezada por Edwin Licona también prometió gas virtual para los cusqueños con un programa especial pero, igual, no hay nada.

Por consiguiente, creemos que para que sea tangible el sueño del uso del gas en nuestra región no hay nada que implorar al gobierno nacional, más aún cuando el gas le pertenece a los peruanos y en especial a los cusqueños, razón por la cual el pueblo cusqueño debe levantarse y exigir como primera tarea el cumplimiento de la renegociación del contrato de gas con el Consorcio Camisea tal como lo dijo en la pasada campaña electoral.

Las autoridades regionales deben poner las cosas en su sitio y que la inversión extranjera sea bienvenida pero sin que estas pongan las condiciones como ahora, que para viabilizar el proyecto de gas virtual en Cusco se deba soportar la negativa de la Pluspetrol que prefiere vender el gas al extranjero pero no a los propios peruanos.

En pocas palabras, la región del Cusco debe ponerse bien los pantalones para evitar más anuncios y engaños. Este gobierno ha cumplido con fechas exactas para llevar gas virtual hacia Arequipa, Moquegua pero para Cusco solo se tiene hasta ahora un proyecto que nunca avanzó. Esperemos que la Federación Departamental de Trabajadores del Cusco (FDTC) asuma una posición cusqueñista sobre este importante tema al igual que los colegios profesionales. Así sea.


Source: El Sol