Han pasado más de tres años de gestión de todas las actuales autoridades edilicias del Cusco y ante la constante escalada delictiva contra la propiedad, la integridad y la vida en toda la provincia cusqueña, los ciudadanos exigen cada vez más a sus autoridades que asuman su responsabilidad de garantizar la seguridad ciudadana.

Durante la pasada campaña municipal, todos los postulantes y las después autoridades electas prometieron insistentemente en sus campañas, iniciar una lucha conjunta contra la delincuencia. Ha transcurrido un tiempo prudencial y no podemos seguir con medidas aisladas. No hay acción de ninguna autoridad y la inseguridad sigue en crecimiento espiral.

De acuerdo a estadísticas oficiales, en diferentes sectores de la ciudad imperial, uno de cada cinco ciudadanos ha sido víctima de robo o atraco, lo cual es intolerable y podría ser peor.

En este contexto, urge un plan integral, que si bien debe unificar los servicios distritales de serenazgo y los establecimientos del sector privado, tiene que responder primariamente a un liderazgo firme de la autoridad municipal de la provincia; es decir del burgomaestre Carlos Moscoso y todo el séquito de sus funcionarios y regidores.

Lo urgente ahora es coordinar con las otras autoridades involucradas, empezando por la Policía Nacional, el Ministerio Público, el sector Justicia y el Poder Legislativo, para propiciar los cambios legales necesarios no sólo a nivel provincial sino nacional.

Pero, qué deberían hacer las autoridades de la provincia? Primeramente, correspondería, tal como es el pedido antelado, la elaboración de un mapa del delito de la provincia para conocer la real magnitud de la inseguridad ciudadana.

Asimismo, vincular el trabajo del serenazgo provincial con la PNP y las juntas vecinales y que los delitos menores no queden impunes, para lo cual se planteó desde la sociedad civil, un juzgado de paz en cada una de las comisarías de la ciudad imperial para penas de servicio comunitario.

Ni qué decir de poner en operatividad un adecuado sistema de vigilancia de video cámara en todo el ámbito provincial, es decir, todos los distritos sin excepción. A propósito de un sistema de vigilancia, en el 2014 se implementó dicho sistema con el objetivo de brindar prevención, atención inmediata, protección, seguridad y auxilio a la colectividad del Cusco y su Centro Histórico y beneficiar a los más de 695 mil pobladores y a los miles de turistas que diariamente visitan la Capital Arqueológica de América.

La construcción e implementación del CEGESEC Cusco demandó una inversión de más de 15 millones de nuevos soles. El proyecto implicó la construcción de un edificio de seis pisos en un terreno de 480 m² en el distrito de Wanchaq. Cuenta con una sala de control de 36 pantallas, desde la cual se supervisa según información oficial de manera digitalizada una red inalámbrica de 100 cámaras de vídeo vigilancia distribuidas en la ciudad, así como la operación de 20 camionetas para soporte de emergencias. A la fecha, no sabemos en qué estado se encuentra. La misma capacidad tendría la famosa videovigilancia del distrito de Santiago.

Es realmente vergonzoso observar que la delincuencia siga en crecimiento en desmedro de la integridad de los vecinos, ni qué decir de los turistas nacionales y extranjeros que llegan a conocer nuestras maravillas arqueológicas y se van con el sabor amargo de haber sido víctimas de robos. Según datos de la propia policía, las acusaciones sobre robos son constantes al extremo de que se interponen un promedio de 17 denuncias diarias. Ojalá que estas estadísticas se reduzcan en el más breve plazo puesto que los ciudadanos de a pie y todos en general seguimos esperando con impaciencia: un plan de acción y su pronta ejecución. Así sea.


Source: El Sol