Por el Econ. Flavio Froilán Miraval Bedoya

PRIMERA PARTE: LOS CASOS DE LOS TRES ULTIMOS EX PRESIDENTES

Probablemente la población peruana se encuentre sumida en una profunda tristeza y una impotente indignación, como esta quien escribe esta nota, al constatar con amargura repulsiva, que ninguno de los últimos cuatro Presidentes de la Republica hayan demostrado en el ejercicio de tan alta investidura, poseer ni practicar los altos valores morales de la honradez, la probidad y la integridad, menos elementales principios éticos como pedagogía de vida para que las autoridades de instancias públicas de inferior nivel y la población toda, por inercia y compromiso con la sociedad, sigan dicho comportamiento y conducta; sobre todo, hayan demostrado un comprometido espíritu de servicio a favor y en beneficio de la población peruana, destinada a elevar los niveles de vida, con especial énfasis a quienes se encuentran en los estados de pobreza y extrema pobreza, producto de la creciente desigualdad en la injusta distribución del Producto Bruto Interno, generado por toda la población; y de ninguna manera usar el poder para engordar groseramente su mal habido patrimonio usando los malévolos y condenables mecanismos del lavado de activos y la corrupción. El último Presidente en practicar los valores y principios señalados fue el Arq. Fernando Belaunde Terry, al iniciar su mandato vivía en un departamento familiar en el distrito de Miraflores y al concluir su Presidencia retorno a su único departamento. Posteriormente, los cuatro últimos Presidentes, premunidos hasta los dientes de la insaciable ambición enfermiza de riqueza más riqueza y la voraz codicia sin límites por el poder para lograr el primer objetivo señalado, sustrajeron utilizando distintos mecanismos, algunos claramente groseros y otros muy sofisticados, importantes como valiosas sumas de dinero que terminaron siendo pagados con el Presupuesto Fiscal, formado por impuestos y contribuciones gravados y asumidos por la totalidad de peruanos. En síntesis, son robos a todos los peruanos, agravado por desviar dineros que debieron ser destinados en la construcción de carreteras, de locales escolares, centros de salud etc. Impidiendo se superen los estados de pobreza y extrema pobreza, padecido por un buen porcentaje de la población. Una pincelada de la conducta delincuencial de los 4 últimos Presidentes se sintetiza a continuación.

El dictador Alberto Fujimori Fujimori y su socio Vladimiro Montesinos Torres destruyeron la institucionalidad de todos los poderes del Estado para manejar a su antojo el dinero del país, sustrayendo bajo todas la formas imaginables (desviando parte del presupuesto de las fuerzas armadas, porcentaje en la compra de armamento, participación en el narcotráfico, etc.) para comprar la conciencia de las personalidades más representativas de la sociedad, a todos les pusieron un precio como en un mercado persa, por supuesto compraron la línea editorial de los medios informativos; y en el colmo de cómo se manejaba el dinero de todos los peruanos, el Dictador saco en efectivo de un costalillo US$ 15 millones para pagarle a su consocio, dijo por compensación por tiempo de servicios. Todo el dinero mal habido se manejaba en efectivo para no dejar huella, si se usaba el sistema financiero, cuando huyo del país se llevó 30 maletas repletas de papel? Ahora, sus descendientes recorren el país llevando regalos para comprar el voto de los electores, aprovechando el valor de la gratitud de la población peruana. De donde pecata mía sino es de la sacristía?.

Alan García Pérez puso su inteligencia y su bien hablar para sustraer dineros del erario nacional, usando métodos refinados para acumular groseramente su riqueza, capitalizo los errores cometidos en su primer gobierno para no volverlos a cometer en adelante, cuando descaradamente habría exigido una coima de US$ 1 040 mil a un Consorcio Ítaloperuano para la construcción del Tren Eléctrico de Lima. El empresario Italiano Sergio Siragusa declaro ante las autoridades peruanas e italianas, haberle entregado a Alan García, en efectivo en el propio Palacio de Gobierno US$ 200 mil y haber depositado el saldo de US$ 840 mil en tres partidas en el Barclays Bank de Gran Caimán, en la cuenta Worldwide Financial Holding, según número de cuenta y Boucher de depósito exhibidos por el declarante, operada por sus testaferros el cubano José Lazaga y el empresario peruano Alfredo Zanatti, a quien posteriormente, Alan García le reclama UN$ 1.0 millón por fax de su puño y letra, cuya autenticidad fue comprobada por pruebas grafo técnicas en la División de Criminalística de la PNP, además, por un grafólogo independiente. Los procesos judiciales iniciados para penalizar este y otros delitos prescribieron con su fuga a Colombia y posteriormente a Francia, viviendo durante 10 años, con comodidad y holgura en una casa comprada en un exclusivo barrio residencial. Al retornar, su bien hablar y la amnesia masiva de los peruanos, le permitió acceder a un segundo periodo de gobierno, con la fortuna de coincidir con el “periodo dorado de los excepcionalmente elevados precios de los minerales”, sustentando el gran crecimiento de la economía peruana, que estuvo en “piloto automático”, sin intentar aprovechar los masivos recursos financieros externos para diversificar la capacidad productiva, estimulando la industria y la agroindustria, sectores generadores de mayor valor agregado y empleo productivo; pero nunca olvido de engordar más su riqueza, utilizando mecanismos refinados en coordinación con altos ejecutivos de la empresa brasileña Odebrecht (Según Luis Nava, su Secretario de Palacio, el Superintendente de Odebrecht en Perú Jorge Barata visito no menos de 15 veces a García), de ahí que viceministros, directores, miembros de comités de licitación de obras públicas, de su gobierno estén en cárcel acusados de recibir coimas, menos el otorgante de la confianza al designarlos o mediante el mal uso de prerrogativas presidenciales, ahora conocida como “narcoindultos”, haya conmutado penas a 5 500 sentenciado por el Poder Judicial, de los cuales 3 500 son narcotraficante y 400 jefes de bandas de narcotraficantes, con sospechosas reducciones otorgadas de puño y letra por Alan García, pero quien sufre carcelaria es el Jefe de la Comisión de Indultos Facundo Chinguel. Ningún proceso penal instado contra Alan García ha concluido, su destino final fue siempre la prescripción, el archivamiento en el Poder Judicial, en el que la mayoría de jueces y hasta los peritos judiciales son Apristas o finalmente, hay siempre un militante aprista, con cargo de menor jerarquía dispuesto a inmolarse (casos de: Mantilla por US$ 15 millones sin destino conocido o Facundo Chinguel por los narco indultos) para proteger la imagen intocable y sagrada del JEFE. El patrimonio de García, fuera de alcanzar fabulosos montos, están bien distribuidos en imposiciones bancarias, acciones, pero sobre todo en lujosas viviendas en Colombia, Paris, distritos exclusivos de Lima y casas de verano en playas costeras. ¿Cómo justifica el financiamiento de su riqueza? Por confesión de parte, con honorarios cobrados por más de 30 conferencias ofrecidas, cobrando entre US$ 50 a 100 mil por cada conferencia, honorarios siderales no cobrados por el más connotado premio nobel, con la venta de sus libros, cuyos contenidos son pura palabrería y hasta, traficando con la fe del pueblo peruano a través del Cristo del Pacifico, por este “regalo de material sintético” Odebrecth facturo US$ 850 mil.

Alejandro Toledo Manrique, salido de los bajos mundos de la sociedad, con una necesidad voraz de riqueza, temerario y audaz, inclinado al alcoholismo y a la las drogas, bruto para mentir, “pico” descaradamente, pidiendo una “comisión” en todos los proyectos impulsados personalmente y ejecutados en su gobierno, lavando el producto de sus robos en la compra de lujosos inmuebles, usando sin compasión a su anciana suegra y ahora está disfrutando el efectivo llevado consigo en los Estados Unidos, simulando ser conferencista internacional en escenarios montados y ser un perseguido político, cuando es un vulgar ladronzuelo.

Ollanta Humana, exmilitar, por lo mismo con una capacidad intelectual vertical, con una esposa ambiciosa y codiciosa por el poder, los vestidos y joyas de gran valor, “manejo” a su antojo y capricho a su esposo, que peco de blando y condescendiente, a punto de haber pedido a través del ex presidente brasileño Lula, a Odebrecht apoyo para la campaña de 2011 del Partido Nacionalista US$ 3 millones, importe manejado personalmente, sin la necesaria participación del Secretario de Economía del Partido, demostrando ninguna habilidad, con anotaciones de su puño y letra en simples agendas, negando al inicio ser la autora de las letras, para finalmente reconocer que eran suyas, grosera y mendaz mentira condenada por toda la sociedad. Parte del referido apoyo probablemente fue desviado para satisfacer sus caprichos. Ambos sufren carcelería acusados por lavado de activos en perjuicio lamentable y triste de tres inocentes niños.


Source: El Sol