El distrito de Echarate en la provincia de La Conven­ción hasta hace poco era la jurisdicción más rica en ingresos económicos producto del canon gasífero. Ahora es la zona donde los principales problemas en salud, educación y pobreza se acrecientan por la ineptitud de sus actuales autoridades.

Un claro ejemplo es el reciente brote de dengue na­tivo o autóctono que se ha registrado en diferentes comunidades confirmándose así la falta de una polí­tica preventiva de salud. Tanto la municipalidad de ese distrito como la propia provincial, lamentable­mente no han priorizado el tema de salud sino por el contrario, únicamente obras de cemento y que a la postre ni siquiera beneficia a los pobladores de es­casos recursos económicos. Ni qué decir del reciente derrame de gas que se produjo en su vecino distrito: Megantoni que amenaza también el medio ambiente de ese sector.

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Como se conoce, la Dirección Regional de Salud DI­RESA ha determinado declarar en estado de alerta roja sanitaria a toda esa jurisdicción para enfrentar este peligroso brote. Las acciones buscan evitar que más personas contraigan la enfermedad que es tras­mitida por un mosquito que tiene la particularidad de reproducirse en agua limpia. Lo peor de todo es que esta enfermedad también conocida como “rom­pehuesos” produce un intenso dolor en los huesos, músculos y articulaciones del paciente.

‘Nuestra riqueza, genera nuestra pobreza’, sentenció aún en el año 1971, el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su obra “Las Venas Abiertas de América Latina” y, razón no le falta: Echarate es el sector don­de se ubican los yacimiento de gas más importantes del país, pero sus pobladores no pueden beneficiarse en forma directa de ese producto, al extremo de que deben pagar casi 70 soles por balón.

Y es que la pobreza (en termino general) es el resul­tado de modelos económicos deficientes que impiden el progreso y desarrollo en conjunto de la sociedad. Modelos que no logran enlazar en una convivencia sociocultural económica en su totalidad a todos los estratos socioeconómicos de cada respectiva socie­dad. En la actualidad la pobreza afecta a una cuarta parte de la población del mundo en desarrollo. En el grupo de países en subdesarrollo, actualmente 1.300 millones de personas viven con menos de un dólar diario y cerca de 3.000 millones, casi la mitad de la población mundial, con menos de dos dólares. En conclusión, en este grupo de países, en el cual se en­cuentra nuestro país Perú, se presenta un predomi­nio de la población pobre y una minoría de población en donde se concentra la riqueza, provocando una marcada polaridad social.

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Pero existe otro factor más preponderante la pobreza y este son las actitudes personales que impiden el progreso. Actitudes como la corrupción, la indiferen­cia y la resistencia al cambio. Dichas estructuras cau­san el estancamiento económico de las sociedades generando desempleo, carencia de recursos, desnu­trición, delincuencia, problemas de salud, analfabe­tismo, y escasez de capital causando el crecimiento de la pobreza.

Echarate merece superar este grave brote del den­gue nativo porque tiene los suficientes recursos eco­nómicos para hacerlo y, está en sus actuales auto­ridades, la responsabilidad de implementar no solo acciones preventivas sino, sobre todo, la atención de las principales necesidades en saneamiento básico para evitar que los nativos y los propios colonos, si­gan meciéndose entre la pobreza pese a contar con ingentes riquezas. Las actuales autoridades tienen la palabra. Así sea.

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Source: El Sol