MMG Las Bambas, tiene como principal accionista a la estatal China Minmetals Corporation, la misma que pro­duce 400 mil toneladas de concentrado de cobre al año. Esta empresa china tiene su planta de filtración en la zona de Espinar (Cusco). Es una de las áreas centrales del proceso: permite la separación del molibdeno y el cobre, y está constituido por cada una de las plantas de estos minerales, una planta de espesamiento y un alma­cén de concentrados.

El cobre y el molibdeno son transportados en forma dia­ria desde Cotabambas hasta Espinar en un promedio de 700 camiones encapsulados que levantan polvareda a lo largo del camino afectando áreas que nunca fueron evaluadas por el Gobierno. Los cuatro distritos que reco­rren el área del desaparecido mineroducto son Haquira, Colquemarca, Velille y Coporaque.

Lo peor de todo es que para la planta de molibdeno no se ha realizado un estudio de impacto a la salud, lo cual es importante dado que se procesará y producirá además de cobre, el molibdeno sobre el cual se ha reportado daños para la salud humana en zonas de procesamiento de este mineral con casos de afectación al hígado (dis­función hepática), dolores y deformaciones de la articu­lación en rodillas, manos, pies, es decir, tipos severos de artritis.

Recordemos que Las Bambas en su primer Estudio de Impacto Ambiental (EIA) aprobado por el Ministerio de Energía y Minas en el 2011 consideraba tres áreas: Las Bambas, Mineroducto y Tintaya. Cada una de estas áreas con sus respectivas áreas de influencia directa e indirecta.

El mineroducto contemplaba la construcción de una ca­rretera y su asfaltado al tercer año de operaciones. Ahí, Velille era considerado como área de influencia directa e indirecta; por tanto, la empresa minera se comprometía a asumir todas las responsabilidades de los impactos ambientales y sociales a lo largo del recorrido del mine­roducto. Nada de esto se cumplió y hoy evade todas las responsabilidades desvinculándose de las obligaciones estipuladas en el primer Estudio de Impacto Ambiental.

Ahora la contaminación es considerable porque genera material particulado que es el más peligroso. De igual modo, produce emisiones de gases, contaminación de agua, así como del suelo, tráfico vial, accidentes de trán­sito, migración de animales y, sobre todo, el malestar poblacional.

Y, si en Cotabambas (Apurímac) donde opera tiene se­rios problemas con la población porque la contaminación afecta sus tierras y fuentes de agua, en el distrito de Velille, provincia de Chumbivilcas, esto se agudiza por la constante muerte de animales, la escasa presencia de alimentos para su ganado y la salud de su población.

La alerta ha sido dada por las autoridades y la sociedad civil organizada de Velille liderados por su alcalde, Sergio Valencia Salcedo.

Y es que ese pueblo aguerrido ya no soporta más el daño que genera a los vecinos, productores agropecuarios y ganaderos. Por estas consecuencias el pueblo de Velille junto a su Frente de Defensa y todas sus autoridades han planteado un urgente diálogo y entendimiento con los altos ejecutivos de MMG Las Bambas para consen­suar los daños generados por el impacto socio ambien­tal.

Los plazos establecidos están en marcha sin control y con el desinterés de las autoridades regionales y nacio­nales. Los dirigentes han levantado la voz y han confir­mado que en caso de incumplimientos y de la falta de interés, impulsarán medidas de fuerza drásticas. Ellos responsabilizarán a la empresa china, así como a las autoridades por las medidas de fuerza que emprenderán en breve para hacer respetar sus derechos. La pelota está en cancha de MMG Las Bambas y el Gobierno. Así sea.

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Source: El Sol