Si la lucha para reducir las brechas de la pobreza y la desigualdad ha sido uno de los componentes básicos de toda política de Estado en democracia, hoy se con­vierte en un desafío mayor que demanda la unidad y el trabajo articulado de todos los sectores del país, a la luz de las cifras oficiales que dan cuenta del incre­mento de la pobreza en el 2017.

La convocatoria a la unidad hecha por el presidente de la República, Martín Vizcarra, para sumar esfuer­zos y priorizar el combate a la pobreza confirma una realidad que también es necesaria en la actual coyun­tura. No hay espacio ni tiempo para la confrontación. Reducir los niveles de pobreza extrema es un impera­tivo social que compromete un trabajo integrado del Estado, la sociedad y la empresa privada.

De acuerdo con las estimaciones del Instituto Nacio­nal de Estadística e Informática (INEI), la población total del Perú para el 2017 es de 31 millones 826,018 personas, de las cuales el 21.7% se encuentra en situación de pobreza.

La cifra representa un incremento de un punto por­centual en relación con lo registrado en el 2016, con lo cual el número de personas en condición de pobre­za aumentó en 374,708.

Debido a su magnitud, impacto y factor determinante en el desarrollo de un país, la pobreza ha sido siem­pre uno de los problemas que mayor preocupación y compromiso han generado en las políticas de Estado de los países y de los organismos internacionales.

Esa búsqueda de coincidencias, acuerdos y estrate­gias de acción siguen guiando la agenda de cumbres, conferencias y reuniones de alto nivel con el fin de combatir este flagelo.

Si hasta hace unos años el crecimiento económico era señalado como la principal razón para que un sector de la población salga de la pobreza, hoy la incidencia de este factor se ha visto mermada por la desacele­ración de la actividad productiva nacional.

Por tanto, la estrategia del Estado es reorientar la política social para enfrentar de manera eficiente el incremento de la pobreza.

Esto supone, como ha anunciado la titular del Mi­nisterio del Desarrollo e Inclusión Social, Liliana La Rosa, fortalecer la articulación de esfuerzos entre el Gobierno, gobiernos regionales y locales con el tema productivo, promoviendo estrategias de acción multi­sectorial para el éxito de las políticas de desarrollo y bienestar de la población.

La adopción de medidas que contribuyan a la simplifi­cación administrativa para la ejecución de proyectos, así como los cambios en la normativa referida a la reconstrucción, anunciada por el Ejecutivo, forman parte de esta decisión de apuntar hacia iniciativas que logren resultados en el mediano y largo plazo.

La lucha contra la pobreza, que demanda la aten­ción de la población en zonas urbanas y rurales, de la Sierra y de la Selva, donde el crecimiento económico no ha generado oportunidades para la satisfacción básica de necesidades, requiere de acciones multi­sectoriales que integren, además, oportunidades de educación, empleo y promuevan desarrollo con igu­aldad.

Una llamada de atención que busca comprometer esfuerzos y afinar estrategias para la acción, pues apunta al desafío de acabar con la exclusión y lograr el bienestar integral de todos los peruanos, base sin la cual no puede alcanzarse el ansiado desarrollo.


Source: El Sol