El bautizo del wawa tanta (bebé pan) es una costumbre familiar que con el paso de los años está desapareciendo de los hogares de Abancay, en Apurímac.

Las familias que participan de esta actividad, con compadres y amigos, elaboran la wawa tanta para festejar y agasajar a los asistentes. Las wawas que llevan dulces y chocolates se reparten a las niñas mientras que los caballos (también en pan) se entregan a los niños.

La ceremonia se satiriza con un falso cura y su sacristán, quienes durante la “misa” comprometen a los padrinos a cumplir con una serie de ofrecimientos para los “ahijados” preparándose incluso capillos con bromas, algunas de ellas solo realizables en la imaginación. Luego comienza la fiesta y el baile.

“El bautizo de la wawa tanta es una antigua costumbre que está desapareciendo de Abancay y que también se relaciona con la fiesta de Todos los Santos del 1 de noviembre porque en la mesa que se sirve para agasajar a los seres queridos(difuntos) también está presente este pan ceremonial”, explicó Gilda Carrera, exdirectora de Dirección Desconcentrada de Cultura de Apurímac.

Resaltó que esta celebración adquiere una relevancia distinta de acuerdo a la región en que se encuentre, donde incluso se programan bautizos que dan paso a la conformación de nuevos vínculos familiares (compadres y comadres).

Finalmente, hace unos días la Municipalidad de Abancay organizó el Festival Wawa tanta 2018, evento donde la Asociación de Panificadores Nuevo Amanecer elaboró este pan tradicional de 30 metros de longitud como una manera de incentivar su consumo en la población de esta parte del país.

Pero además fue una oportunidad para recordar en público el bautizo de la wawa tanta gigante que se realizó en la plaza principal de Abancay y repartida a todas las personas presentes al término de la simbólica ceremonia.


Source: Correo