El cuatro de noviembre de 1980 inició en Cusco una de las rebeliones más grandes contra la Corona Española. José Gabriel Condorcanqui – Túpac Amaru II, comenzó, casi sin querer, una gesta que marcó el inicio de una serie de luchas que finalmente se tradujeron en la independencia del Perú.

La captura y posterior ejecución del corregidor Antonio de Aliaga marcó el inicio de este movimiento impulsado por indígenas, criollos, mestizos y hasta peninsulares, quienes tomaron como suya la afrenta de Túpac Amaru II a las nuevas reformas borbónicas que emanaban desde España.

En Cusco, Perú y en muchos puntos de Latinoamérica, el imaginario colectivo concibe a Túpac Amaru II como un luchador empedernido y un icono revolucionario, etiquetas que han sido reforzadas por sus seguidores y adeptos, que impulsan una serie de celebraciones cada cuatro de noviembre.

La Empresa Municipal de Festejos del Cusco ha preparado un programa que confiere una ceremonia ritual en plena plaza mayor de la Ciudad Imperial, luego una ceremonia conmemorativa a cargo de las principales autoridades locales y finalmente una escenificación del inicio de la rebelión.


Source: Correo