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Cusco
LIMA29 de Noviembre del 2019 – 05:59
29 de Noviembre del 2019 – 05:59
Cientos de litros de aguas servidas sin tratamiento (desagüe) se vierten diariamente al río Pachachaca sin que las autoridades y funcionarios de turno hayan solucionado este crítico problema que se arrastra más de 30 años.
En agosto del 2018, el Gobierno Regional de Apurímac durante una inspección realizada por el presidente de la República, Martín Vizcarra y el ministro de Vivienda de ese entonces, Javier Piqué,
daba cuenta que la planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) situada en el sector de Illanya presentaba un 85% de avance
y entraría en funcionamiento para inicios del 2019, sin embargo, a la fecha la construcción está paralizada.
Según estimaciones del gerente técnico de la Junta de Usuarios Medio Apurímac – Pachachaca, Luis Ramos, diariamente se vierten al río Pachachaca más de 150 litros por segundo de aguas servidas sin tratamiento alguno.
El desagüe maloliente con residuos fecales que sale por un costado de la inconclusa planta de Illanya se junta con las aguas del río Mariño (es un afluente del Pachachaca) para irrigar cerca de 300 hectáreas de maíz, tomate, yuca, camote, vainitas, entre otros cultivos más, posteriormente comercializados en los principales centros de abastos de la ciudad.
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Este problema lo conoce muy bien la ANA, Fiscalía Ambiental, Emusap, OEFA, gobierno regional y la propia municipalidad,
incluso se firmaron actas para tratar esta situación, sin embargo, hasta el momento son solo saludos a la bandera y buenas intenciones”
, resaltó el directivo.
Cabe precisar, el proyecto integral de agua y saneamiento para la ciudad de Abancay que se ejecuta desde el 2010 con marchas y contramarchas ha demandado una inversión cercana a los S/ 75 millones. Esta obra incluía, entre otros componentes, la construcción de la planta de tratamiento de aguas servidas pero debido a problemas con el Consorcio Abancay la culminación de esta infraestructura se sigue postergando.
Ramos, señaló que
ante esta situación de contaminación y el temor que se genere brotes de enfermedades como la hepatitis (Abancay es una zona endémica)
presentaron denuncia a mediados del 2018 ante la Fiscalía Ambiental de Abancay.
Seis meses después la fiscal a cargo de la investigación preliminar archivó el caso porque no había suficientes elementos para formalizar denuncia contra las entidades responsables que velan por la salud de la población.
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Source: Correo
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