Conocido también como «mosca vampiro aviar», el insecto coloca los huevos en los nidos de las aves en Galápagos y cuando salen las larvas se alimentan de la sangre de los pichones «a tal punto que muchas veces les mata»

Diminuta y negra, la mosca invasora parasítica Philornis downsi es una amenaza para 21 espe­cies de aves endémicas y nativas de Galápagos, incluidas 12 de los 17 pinzones del archipiélago ecuatoriano, adonde llegó por accidente en la déca­da los años sesenta del siglo pasado.

Del pequeño insecto se salvan los pinzones de islas tan alejadas como Darwin, Wolf, Española y Genovesa, pero en «todo el resto las aves están siendo atacadas y para­sitadas por esta mosca», dijo a Efe Paola Lahuatte, investigadora de la Fun­dación Charles Darwin (FCD).

Muerte en el nido

Conocido también como «mosca vampiro aviar», el insecto coloca los huevos en los nidos de las aves y cuando salen las larvas se alimentan de la sangre de los pichones «a tal pun­to que muchas veces les mata», se lamentó.

La larva permanece en el nido alrededor de ocho días antes de encapsular­se para transformarse en una mosca adulta, etapa en la que ya no es una amenaza para las aves pues se alimenta de fru­tas, néctar y flores.

«El impacto que se ha visto durante estos últi­mos años es tan gran­de que hay especies que están a punto de extin­guirse, como el pinzón de manglar», del que hay solo unos cien individuos, y cuyos pichones mueren en los nidos a causa de Philornis downsi, dijo.

Pero también está en peligro el pequeño pájaro brujo, cuyas aves no pue­den reproducirse exitosa­mente por la infestación del insecto.

Llegó desde el continente

Parecida a la mosca co­mún, la Philornis downsi mide un centímetro y tie­ne un mapa de venas en el ala, que la hace única a nivel taxonómico.

Análisis genéticos de­terminaron que la mosca llegó al archipiélago des­de el continente, proba­blemente en los barcos o aviones en los que se tras­ladaban colonizadores en los años sesenta, cuando no había una agencia de bioseguridad que controle -como ahora- el ingreso a las islas.

La mosca, que vive unos siete meses, «pudo colonizar fácilmente todas las islas y el parasitismo fue tan grande porque no hubo un controlador natu­ral», añadió Lahuatte.

Los científicos están ahora embarcados en el gran reto de encontrar medios de control a corto y a largo plazo, y para ello han destinado un labora­torio donde crían y estu­dian el comportamiento biológico y ecológico del insecto.

¿Una micro avispa para acabar con la mosca?

Por el momento, y gra­cias a pruebas de labo­ratorio y de campo en el Ecuador continental, en la Universidad de Minnesota (EEUU) y la Escuela Po­litécnica del Litoral (ES­POL), saben que hay con­troladores naturales de la mosca que son micro avispas nativas de Sura­mérica.

«Estas micro avispas parasitan cuando la mos­ca ya se ha encapsulado para transformarse en adulta. Colocan sus hue­vos dentro de esta cápsu­la y sus larvas se alimen­tan de la mosca», explicó.

Mientras tanto, para proteger a las aves, los ornitólogos usan asper­sores con un insecticida de muy baja toxicidad que mata las larvas de las moscas en nidos, y tam­bién colocan el producto en algodones que usan las aves para construirlos.

La entrada Una diminuta mosca amenaza a 21 especies de aves en las islas Galápagos se publicó primero en Diario El Sol del Cusco.


Source: RPP