La festividad del Señor de Qoyllurit’i, se celebra cada año entre el 30 de mayo y el 8 de junio, época en la que cientos de devotos realizan una peregrinación con una serie de danzas y comparsas en honor a la imagen de Cristo, conservando su cultura y tradición desde tiempos antiguos. Los ukukus, también conocidos como Pablitos, son los encargados de poner orden en la fiesta porque son protectores de Qoyllur Rit’i, sus apus y apachetas

Se lleva a cabo en la provincia de Quispicanchis, distrito de Ocongate. Se hace en las bases de la montaña de Sinak’ara, ubicado a 4.700 m.s.n.m. y con temperaturas por debajo de los 0 °C. En ella, los devotos realizan una vez al año, peregrinaciones sincréticas a lugares sagrados desde época prehispánica.

Su origen se remonta al año 1780 donde un niño mestizo llamado Manuel se le apareció a Mariano Mayta, un niño quechua que pastoreaba en las alturas del nevado Colquepunku. Ambos se hicieron buenos amigos. El padre de Mariano al enterarse de esto fue en busca de su hijo y quedó sorprendido al notar que su ganado había aumentado.

Desde entonces, los pobladores de los lugares aledaños rinden culto y mantienen esa tradición que al pasar los años se fue masificando y hoy en día significa la fiesta religiosa más significativa de la ciudad del Cusco, la que alberga tantos a locales como turistas nacionales e internacionales que fieles a su devoción y gracias a los milagros concedidos mantienen su compromiso de ir cada año.

Se cuenta que, si una persona se dirige por primera vez al santuario, este deberá cumplir tres veces consecutivamente para que el señor de Qoyllurit’i pueda concederle sus peticiones. Esta festividad ancestral refleja la fusión entre la religiosidad andina y la cristiana, resultando en una manifestación enigmática de fe hacia el Cristo de la roca.