Los recientes indicadores del mercado de valores en el Perú revelan la solidez de su desempeño en el transcurso de este año al alcanzar un crecimiento del 20%, y además muestran perspectivas inmejorables para el período correspondiente al 2018, lo cual confirma la expansión constante de la economía nacional en comparación con otros países de la región y la comunidad internacional.
Durante una mesa redonda organizada por el Diario Oficial El Peruano y la Agencia Andina, representantes del sector de valores destacaron el avance significativo de esos indicadores, especialmente favorecidos por un mejor precio de los minerales en el mercado externo, además de otros factores de vital soporte, vinculados de manera particular con la demanda interna durante el presente ejercicio anual que ya culmina.
Este pronóstico es especialmente alentador porque la recuperación se registra desde el 2016, hecho que abre óptimas expectativas para los próximos tres años en favor de los mercados emergentes, como el caso de Chile, Colombia, México y Perú, todos ellos integrantes de la Alianza del Pacífico, la plataforma económica y comercial de mayor dinamismo de años recientes.
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De esa manera, el mercado peruano de valores, junto con el de esas naciones, podrían generar una tasa de retorno de hasta 20% en el 2018, un alza que no se observaba por algo más de una década, desde antes de la crisis financiera del 2008 que golpeó a la mayoría de las bolsas del mundo. Esa rentabilidad proyectada para el próximo año incluso sería mayor si se reduce cualquier tipo de ruido político y los actores políticos, económicos y sociales del país aportan a esa disminución.
Ese índice de crecimiento puede registrarse el próximo año si el precio internacional de los minerales logra el mismo dinamismo del 2017. Y esto se debe a que la Bolsa de Valores de Lima es una bolsa básicamente minera y se encuentra sujeta al comportamiento de este mercado, cuyo impulso puede ser mayor en el mediano plazo con la ejecución de importantes proyectos mineros, orientados básicamente a la explotación del cobre, como Michiquillay, en la región Cajamarca.
A ello debe agregarse que, en el período anual que ya culmina, aumentó la participación de inversionistas nacionales en el mercado de renta variable local. De esa manera, la bolsa peruana ya no depende mucho, por ejemplo, de plazas más grandes como la de Estados Unidos, lo que confirma la robustez del capital local frente a sus similares externos.
Todas estas cifras aparentemente pueden parecer simples estadísticas, pero se trata de una confirmación con sólida base y reafirma la disciplina del Gobierno para manejar la economía con responsabilidad y proyección. La lectura de esos indicadores tiene trascendentales connotaciones sociales y políticas porque la expansión de la economía nacional generará, en definitiva, mejores condiciones de vida para los peruanos y responderá a las expectativas del empresariado que confía en la estabilidad económica y jurídica del Perú.
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Source: El Sol
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