Interminables colas que, en el mejor de los casos, sirven para conseguir una cita médica dentro de tres o cinco meses y, en otros, para recoger solo la mitad de los fármacos recetados. Pacientes que –por la falta de camas– son atendidos en los pasadizos en el servicio de emergencia, los mismos que lucen invadidos por pacientes, médicos, enfermeras y usuarios. Este es el dramático panorama que se vive en nuestro único hospital de Essalud de la capital cusqueña.

Si bien las autoridades del Seguro Social han emprendido reformas importantes, el malestar en el público persiste por la mala atención. Los usuarios del seguro estatal se quejan porque la prestación del servicio es deficiente, así como por la demora en las citas para consulta y falta de medicinas son principales reclamos, sumados al sistema que está mal formulado.

En realidad, son muchos los que se quejan del servicio que dan los hospitales del sistema de Essalud. Pero empecemos por el principio: el de las citas. Las colas para sacarlas son largas y lentas.

Entre las quejas que también hacen los asegurados está el poco interés de algunos médicos con el paciente. Muchas citas tienen incluso la hora de atención en el ticket, pero la espera fuera del consultorio casi siempre es larga. También es probable que al propio paciente lo manden a recoger al laboratorio los resultados de análisis. Allí hay que hacer otra cola.

Respecto de los medicamentos, muchos asegurados cuentan que en farmacia no siempre se encuentran lo que les recetan. Por ejemplo, al asegurado Juan Carlos Cueva le recetaron pastillas Lovastatina para el corazón en diciembre pasado, pero no las encontró en farmacia. En su nueva consulta en enero le volvieron a recetar lo mismo, pero no había. Ahora tiene que comprarlas afuera.

Otra de las quejas es el lento servicio que se da en emergencia. Allí un asegurado debe hacer cola para poder ser atendido –además de demostrar ser asegurado–, aunque se encuentre en muy malas condiciones. Y cuando el asegurado es internado, la atención de las enfermeras es displicente.

Cualquiera que haya hecho uso del seguro en algún momento ha tenido que encontrarse con engorrosos trámites y cambios de última hora. A veces se hacen colas por bastante tiempo solo para descubrir que ahí no tocaba hacerlas. Por consiguiente, Essalud es un sistema que busca brindar alternativas de salud a un gran sector de la población. Pero las quejas no son gratuitas.

Lo peor de todo es que este organismo desde el año pasado analiza el aumento de los aportes que realizan las empresas y que actualmente asciende al 9% sobre los sueldos de los trabajadores. Este aumento de los aportes generaría una reducción efectiva en los salarios.

Essalud está nadando en recursos, nunca antes ha tenido tanta plata y el servicio que ofrece es pésimo. Si quiere más, lo que primero debe hacer es que demuestre eficiencia. Y en ese oscuro panorama, los galenos en cualquier momento iniciarían medidas de fuerza para exigir el pago de un bono especial por cierre de pliego que, según afirman, se acordó hace diez años. Esta medida de fuerza también serviría para protestar por lo que ellos consideran un eventual proceso de privatización del seguro social. Solo esperamos que toda esta difícil situación, principalmente para los asegurados, se supere en el más breve plazo para por lo menos, lograr un equilibrio entre la atención administrativa y la de los médicos.

Llamamos a la actual gerencia a tomar estas quejas como un serio problema y ordene una solución definitiva. Así sea.


Source: El Sol