Por: Lic. Enrique Aguirre Castro

Atravesamos grave crisis presidencial, que pone en riesgo nuestra democracia, por la corrupción en todos los niveles económicos y estratos sociales que ha pro­vocado septicemia social o cáncer social generalizado y, surge la necesidad de hablar de valores axiológicos y morales que deben entenderse y aplicarse en toda la administración estatal o gestión pública y en la ges­tión empresarial privada, para reconstruir transparen­temente la ética y moral en este país llamado Perú.

Hablemos primero de la “Honradez”, que significa, rectitud de ánimo y la integridad en el obrar. Quien es honrado se muestra como una persona recta y justa, que se guía por aquello considerado como correcto y adecuado a nivel social. Es la tendencia a la rectitud, sinceridad y la justicia. Por honradez se refiere a la cualidad con la cual se designa a aquella persona que se muestra, tanto en su obrar como en su manera de pensar, como justa, recta e íntegra. Quien obra con honradez se caracterizará por la rectitud de ánimo, integridad con la cual procede en todo en lo que ac­túa, respetando por sobre todas las cosas las normas que se consideran como correctas y adecuadas en la comunidad en la cual vive.

A propósito de honradez recordemos la frase que vol­vió celebre en el twitter, la ex primera dama, Nadine Heredia de Humala, (19 oct. 2011), a través de su perfil en Twitter, en medio de la coyuntura política de ese entonces ¿tan difícil es caminar derecho?, para señalar un comportamiento correcto y honrado con el que se debe actuar en la administración del estado o cuando uno es figura pública y, hoy habría y cabría preguntarle, cuando purga prisión preventiva por las denuncias en su contra y contra su pareja el ex presi­dente Ollanta Humala Tasso, ¿ tan difícil era caminar derecho?

El significado de Honestidad manifiesta que: Existe un principio básico de sinceridad con uno mismo y con los demás, un valor fundamental en la existencia huma­na que suma verdad interior: la honestidad muestra la actitud de una persona que es fiel a sí misma y se muestra tal y como es en cualquier contexto. Una persona honesta no finge ser quien no es en realidad, porque tiene muy claro que ser ella misma es el mejor camino de felicidad y el mejor medio para establecer relaciones personales sólidas.

De acuerdo a la Real Academia Española (RAE), ho­nestidad, del término latino honestitas, es la cualidad de honesto la palabra hace referencia a aquel que es decente, decoroso, recatado, pudoroso, razonable, justo, probo, recto u honrado.

Para no abundar y redundar más en conceptos y ar­gumentos permítannos solo preguntarles, amables lectores ¿conocen ustedes a personas con esas cuali­dades en la administración estatal? La respuesta será en muchos casos, no existen y en otros casos, existen pero muy pocos.

Si les preguntamos sobre Gobernadores, Alcaldes y funcionarios estatales que rinden cuenta permanente y oportunamente, que no sobrevaloran obras; no tie­nen denuncias sobre corrupción, peculado e inconduc­tas funcionales, nos responderán, existen, pero de­masiado escasos y son una especie casi en extinción en la gestión pública o administración pública; sin ol­vidar al sector privado. Finalmente, resulta imposter­gable preguntarnos como “Sociedad Civil”, ¿Es posible la Honradez y Honestidad en la Gestión Pública? Es nuestra Opinión.


Source: El Sol