Por: Fabrizio Alberca Sialer

El inglés John Urry, en su libro La mirada del turista (USMP, 2004), afirma que los turistas recorren los destinos recolec­tando imágenes, lo que representa una oportunidad para el turismo de carreteras.

Las carreteras son acaso el medio de desplazamiento natural del turismo. Sin embargo, aquí resaltamos la función que pueden cumplir, de ser más que un medio, ser parte del fin (o el fin en sí) del viaje. Es decir, usar las vías con fines turís­ticos; o pensar en una experiencia turística en movimiento: turismo de carreteras.

En esta modalidad de turismo, poco o nada desarrollada en el Perú, se resalta la libertad en el desplazamiento y de­tenimiento. Es decir, en el hecho de interconectar espacios mientras se disfruta del paisaje e incluso se mete en él, apro­vechando el camino.

Este turismo no está desarrollado pese a los recursos natu­rales y culturales que existen y a su acción multiplicadora (piensen en las comunidades que podrían insertarse). Y no está desarrollado pese a que las principales vías que unen a Lima con los destinos de turismo interno se encuentran en buen estado.

Hay que anotar, además, que el 87% de los vacacionistas nacionales salen de Lima.

¿Cuáles son estos destinos? Ica, Piura, Trujillo (todo el nor­te), Huancayo y Huaraz.

Un dato: la venta de camionetas SUV tomará el primer pues­to este año en Lima, lo que potencia la posibilidad de viajar en automóvil propio.

Miremos a los vacacionistas nacionales (4.78 millones de viajes): el 89% de los desplazamientos se realizan por vía terrestre y de estos, el 72% son en bus, 9% en automóvil propio y un 8% en movilidad particular de un familiar/amigo.

El grueso de turistas entonces usa un medio terrestre, se venden más automóviles, las pistas son buenas y los recur­sos turísticos están diseminados por el territorio. El turismo de carreteras es, sin duda, una gran posibilidad.

Pero para que este turismo se desarrolle se plantea la nece­sidad de priorizar algunos recorridos y que estos involucren a los pobladores de zonas aledañas al trazo. En ese sentido se propone a la IIRSA o la interoceánica norte, que va des­de Paita o Lambayeque hasta Yurimaguas y que pasa por o cerca de Catacaos, Chulucanas, Morropón, Olmos, Motupe, Jaén, Bagua, Rioja, Moyobamba. Esta ruta atrae porque cru­za Costa, Sierra y Selva, con lo que eso significa.

Priorizar implica planificación, promoción, adecuación y/o construcción de infraestructura vial y para turismo (señali­zación y paradores), la invitación a inversiones privadas y garantizar la seguridad; implica la generación de sinergias Estado-comunidad-empresa, lo que se traduciría en un Esta­do que genere condiciones, que la comunidad se involucre y participe, y la empresa ofrezca servicios y productos.

(adsbygoogle = window.adsbygoogle || []).push({});


Source: El Sol